Pero no siempre supe cómo manejar la alimentación de mis hijas.
Una niña bilingüe que creció en la ciudad fronteriza de México
Inicialmente llegué al mundo de la nutrición, no por elección, sino sentada en una cama de hospital con un nivel de azúcar en la sangre de 470 mgrs a los 16 años.
Nací y crecí en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas y Ciudad Juárez. Debido a que mis padres valoraban la educacción no tradicional y el ser bilingües, ellos manejaban a México todos los días para que yo pudiera asistir a una escuela primaria Montessori. Tuve la suerte de tener a padres educadores y algo adelatados a su tiempo.
Diagnóstico
A los 16 años me diagnosticaron diabetes tipo 1. Los médicos me dijeron qué comer, cómo inyectarme, cómo contar los carbohidratos, y sí, incluso me dijeron que no podía comer tortillas y tener cuidado de usar tacones altos porque las personas con diabetes tienen más probabilidades de tener amputaciones (suspiro). Comer ya no era espontáneo. En cambio, comer se convirtió en algo medido, la comida se contaba, se me daba cuando tenía baja el azúcar y se retenía cuando estaba por encima de los niveles óptimos.
La sociedad me decía que evitara el azúcar, que la insulina era mala y me preguntaba qué tipo de diabetes tenía, “¿la buena o la mala?”.
Pero en casa, mis papás no trataban mi diabetes como una discapacidad. En la mesa durante la cena, todos comían lo mismo que yo. Estuvieron a mi lado en ese momento crítico de cambios en mi vida. Yo no tenía diabetes, NOSOTROS como FAMILIA teníamos diabetes. Mis dos padres son educadores, que es de donde creo saqué mi amor a la enseñanza. Son muy orientados a la familia. A mi papá le gusta el yoga, el budismo y es lacto-ovo-vegetariano. Mi mamá es una mujer fuerte que siempre me inculcó que creciera haciendo algo que me apasionaba hacer.
“Mijita, si tu no te cuidas, nadie más lo va a hacer por ti. ”
Mis padres me enseñaron la importancia del amor propio.
Mudándarme a través del País
Debido al apoyo que me brindó mi familia, tanto para aprender a manejar la diabetes como para crear una mentalidad de posibilidades para mí, elegí ir a la universidad al otro lado del país. Me inscribí en la Universidad de Boston a los 17 años, a más de dos mil millas de mi casa (sin mencionar que tenía un diagnóstico reciente de diabetes). Estar sola me ayudó a entender mi condición. Tenía que hacer mis propias compras del super, no había nadie que me recordara a medirme mis niveles de azúcar en la sangre, cómo encontrar una farmacia o un endocrinólogo. Sin mencionar el manejo de situaciones sociales evidentemente necesarias como salir a comer, ir a fiestas, beber con amigos, estudiar toda la noche.
Comienza mi carrera en nutrición
Después de tomar una clase electiva sobre nutrición y poder aplicar esta informacion académica en mi propio diagnostico, vi lo impactante que era ser "mi propia experta en diabetes". Estando en Boston, sede de los hospitales y facultades de medicina y científicos médicos más prestigiosos del mundo, vi la oportunidad de especializarme en nutrición y aprender de los mejores. Tuve la suerte de trabajar en el Joslin Diabetes Center, el centro número uno en los EE. UU., su famoso Centro de Diábetes Latino como coordinadora de investigación cuando aún era estudiante universitaria.
Después de obtener mi Licenciatura en Ciencias de la Nutrición, regresé a casa para trabajar en el Centro Médico Universitario de El Paso brindando apoyo nutricional a pacientes de soporte vital en la unidad de cuidados intensivos. Buscando profundizar mi carrera académica, me mudé a Florida para inscribirme en la Universidad Internacional de Florida para obtener una Maestría en Salud Pública. Aquí es donde encontré un trabajo como dietista pediátrica en el Hospital Nicklaus Children, un importante hospital pediátrico en Miami, y allí comenzó mi amor por los niños.
Nace Nutrichicos
Empecé a entender la falta de recursos que existe para los retos alimenticios en casa.
Al trabajar con padres hispanos me di cuenta de que estaban buscando mucho más que un folleto de una página mal traducido con recomendaciones generales. Los padres necesitaban apoyo y orientación enfocada a familias reales con retos de la vida diaria que van más allá del entorno hospitalario. Así que decidí abrir mi propia práctica privada para trabajar con padres que querían transformar la nutrición de sus hijos.
Nutrichicos se pone en línea
“Si no estás dispuesto a difundir tu mensaje, alguien más sin la misma experiencia lo hará”
Rápidamente noté el impacto de compartir información relevante en español y de alguien experto que tiene la experiencia y el transfondo médico para respaldar el mensaje.
Me di cuenta de que la mayor parte de la información nutricional disponible en ese momento estaba enfocada a adultos y principalmente en inglés. Fue entonces cuando comencé mi blog y abrí mis cuentas de redes sociales para comenzar a compartir recursos fáciles de seguir, consejos prácticos y respuestas a preguntas frecuentes en español para que mis clientes y otras personas pudieran beneficiarse del trabajo que estábamos haciendo en mi práctica.
Nace mi primera hija
Tener a mi primera hija me hizo darme cuenta de que aunque conocía las teorías y la investigación detrás de la alimentación de los niños, la realidad de tener a tu priopa hija es diferente. Experimenté sentimientos de agobio, culpa e incluso confusión sobre con qué y cómo alimentar a mi hija. ¡Sin mencionar que pasar por un embarazo con diabetes tipo 1 no fue nada fácil!
Aprendí mucho sobre la alimentación de los niños y los desafíos de la vida real de los que a menudo no se habla en el consultorio de un médico. Al convertirme en mamá, aprendí a ser flexible, adaptarme a nuevas situaciones y dejar ir la perfección.
Nutrichicos en los Medios
Para promover mi mensaje, aplique a ser portavoz Nacional de los medios de The Academy of Nutrition and Dietetics, la organización más grande del mundo de profesionales de nutrición y dietética. Fui seleccionada para representar y traducir información científica en información práctica para la audiencia hispana.
Aquí estuve expuesta a un conjunto único de dietistas (que ahora son algunas de mis amigas más cercanas) que compartieron sus mensajes con los medios de comunicación de todo el país y aparecieron en la televisión.
Empecé a afinar mis habilidades de medios y comunicación, sin saber que unos años más tarde desarrollaría un amor por comunicar mi mensaje en mi propia voz y estilo.
Descarga mi kit de mediosNace mi segunda hija
Con mi segunda hija me sentí más segura y pude disfrutar de mi embarazo, el cual me inspiró a escribir mi primer libro. Sentí que había una gran necesidad de recursos prácticos sobre cómo manejar la diabetes tipo 1 durante el embarazo. Si yo misma tuve dudas como educadora certificada en diabetes y experta en el campo de la nutrición y el embarazo, me puedo imaginar cómo se deben sentir otras mujeres.
Compra el Libro“¡Este libro fue un regalo para mí y para otras mujeres que estaban embarazadas, animándolas a seguir adelante! ¡Si yo pude hacerlo, ellas también!”
Llega la Pandemia
Mi práctica privada se vio afectada durante la pandemia. Tuve que cerrar mi oficina sin otra alternativa a la vista. Me vi obligada a pasar a una era digital poniendo más esfuerzo en mis canales digitales, los únicos que las personas usaban para mantenerse conectadas entre sí. Me di cuenta de que este era el momento por el que me había estado preparando al desarrollar mis habilidades de comunicación. Los medios buscaban a personas que fueran buenas hablando y presentando a través de Zoom.
Compartir más en las redes sociales llamó la atención de marcas y organizaciones con propósito que buscaban compartir su mensaje con la comunidad hispana. Empecé a hacer consultorías con estas organizaciones para apoyar sus mensajes, eventos, conferencias y producir materiales educativos.
Al hacer la transición al ámbito digital, como lo hizo el mundo durante la pandemia, cerré permanentemente mi oficina en Miami y amplié mi alcance ayudando a más padres de forma remota en cualquier parte del mundo.